jueves, 20 de marzo de 2008

La vecindad de mi dolor amigo
donde vuelvo a vivir regenerado,
conmoviendo mi voz, me ha deparado
una forma de ser en lo que digo

y es como el son del alma que persigo
o como mi temor inveterado,
es alimento, es duda, es delicado
y dulce manantial, en donde sigo.

Seguida de la voz la vida parte
hacia un motivo nuevo que la deja
colmada de dolor, dilucidando

el alma y el espíritu del arte,
o mi alma, la dolencia que se aleja
lentamente y en calma, recitando.

(1998)

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