LA HABITACION DE VINCENT EN ARLES
Es como un fotograma desfasado
de un momento preciado de mi vida;
en esa habitación viví asilado,
escaso de placer y de comida.
Es una exhalación, una pavura,
que se alza en el presidio de mi pecho,
una elucubración de la locura,
la soledad, cercana y al acecho.
Es haber transitado cien pensiones,
y haberle dicho a Dios: “No me abandones”
para putearlo, al fin, poco después.
Es ver en la palabra en la que creo.
Eso es lo que me pasa cuando veo
La habitación de Vincent en Arles.
4 comentarios:
Me gusta tanto, Pedro, que escribas sonetos, rimados, con endecasílabos. Tenés que continuar por ahí, porque se ve que ese molde te colma y gratifica.
No me convence del todo que aparezca tanto el verso acentuado en 1ª, o ni siquiera, que llegue a la 6ª. A mi gusto -y leí un par de veces el poema en voz alta-, se diluye así el ritmo.
Pero, como siempre, felicitaciones.
Saludos.
Para mí es un placer, Tamarit, saber que hay un lector atento que indaga lo que escribo.
En cuanto a los versos decasílabos, son raros, sí, pero a veces me sucede que me siento tentado por la palpitación que exhala su inherente música inconclusa. No sé.
Lugones practicó con esos versos, y con los eneasílabos, bastante. También, con menos fortuna, a mi criterio, lo hizo Martínez Estrada.
Creo, en todo caso, que en el intento está el camino.
Cuento breve:
Mr. Firglebinkle me pidió que le cuide la casa hasta que regrese. Me dio un manojo de llaves y me advirtió: nunca utilices la llave dorada, nunca abras la puerta trasera. Cuando volvió, le devolví las llaves intactas.
Hola Pedro:
Me ha encantado este soneto, por su belleza y su sentimiento. Genial
Tadeo
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