KUY ME HARTA
Confieso que este Kuy ya me está hartando
con su maldita rima consonante
(él cree que es un poeta, un nigromante
pero poquito a poco está saltando
la ficha: es un alcohólico, un drogado,
un Rufián Melancólico, un iluso,
un estúpido siempre enamorado
de la mujer equívoca, un obtuso,
un hombre que una vez -esto es privado-
coqueteó con el sueño del suicidio
y estuvo demasiado tiempo quieto...
Ahora que su furor está aplacado,
realiza este insensible parricidio
con el arma silente del soneto).
4 comentarios:
¡Pero probaste otro tipo de poesía también, en el otro blog! Aunque yo también confieso que yo mismo me saco cayendo tan frecuentemente en los versos medidos (aunque no rimados), como vicio profesional.
La ironía, el sarcasmo de este poema le dan su sal al hastío. Es el soneto que se vuelve contra sí mismo -o el autor que se rebela contra sus hábitos-. Hay que extremar el movimiento, ¿no?, para no caer en la repetición.
Un abrazo.
Tamarit, estás en todos lados!
Me hace bien que te haya interesado este poema, porque estoy realizando una suerte de exorcismo de Kuy, es decir de mí mismo, y veo que el territorio del soneto es el sitio adecuado para llevar a cabo esta experiencia.
Celebro, en lo personal, tu vicio de poeta.
Te saludo y espero novedades.
buen trabajo sobre uno mismo Pedro!
Gracias, Pol.
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