martes, 11 de septiembre de 2007

DESAYUNO

Esta violenta ausencia, sin espacio
en el que doblegar mi mano, nueva,
indeclinablemente se subleva
consumiéndome el ánimo despacio.

Como un perfil de azul y de topacio
su repetida imagen ya se lleva
lo trémulo del alba, lo que eleva,
con un arrojo endeble, mi ser lacio.

Siempre vuelvo a vivir, siempre transcurro
inopinadamente siendo uno
más, entre los demás, permaneciendo.

Y hay una ausencia hacia la cual discurro.
Y ahora hay el alba, el día... Desayuno,
pero esa ausencia crece, está creciendo.

1 comentarios:

A las 12 de septiembre de 2007, 10:23 , Blogger Teodoradorna ha dicho...

a la mierda con todo! me dieron ganas de llorar y abrazar sillas vacías.

 

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