HOY
No es un lírico son, no es una esquiva
cadencia de la tarde, no es el mismo
paso que me conduce hacia el abismo
de la idílica muerte decisiva.
Es (danza en una danza) un laberinto
en el que se diluye lo que pasa
(dentro de cada ambiente de la casa
palpita el pensamiento del instinto
del ser que pude ser). Hoy la poesía
no ha de acabar sin duda con el día
porque siento que es lábil, se dilata
hacia quién sabe qué confín oscuro
que no tiene figura ni futuro
pero que mansamente me rescata.
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