FEBRERO, 2008
Este cielo de Zárate, celeste,
una taza con té, con una asa,
este hálito estival, el viento y este
departamento al que le digo "casa".
El balcón, la ciudad, un perro, abajo
va y viene por un patio de baldozas
blancas, mientras asisto a este trabajo
de consignar en verso algunas cosas
inútiles. El té... Mi mente avanza
y en el confín de Zárate una danza
parece reclamar, cerca del río.
Esa danza me invita a emanciparme
del cuerpo en el que soy. Voy a tirarme
a bogar en el ámbito vacío.