miércoles, 31 de octubre de 2007

QUIÉN ES

Y quién es este tipo sin provecho
que no tiene trabajo, que no tiene
más que su soledad (no tiene techo
y ahora su joven novia lo mantiene)?

Quién es éste que viste ropa vieja
y que lleva su amor como amuleto
y a cualquier inquietud, temor o queja
los transforma en materia de soneto?

Me pregunto quién es éste que pasa
observando a la gente en la vereda
cuando sale, sin rumbo, a caminar.

Sé que no tiene paz, no tiene casa.
Sé que su hija es su sol. Sé que le queda
un sueño por venir: el mar, el mar...

domingo, 28 de octubre de 2007

X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X

mientras entro en la triste certidumbre
que le da la razón a mi remanso
donde aprendí la danza esa que danzo
cada vez que se acerca la costumbre

y empiezo a transformarme en servidumbre
en pájaro gentil en perro manso
no sé muy bien por qué ni adónde avanzo
y descanso en mi amor la pesadumbre

y descanso en quién sabe qué secreta
incógnita prudencia del poeta
que no puede ser flor metal o río

sino siempre la página incompleta
golosina del juicio la saeta
la mañana la hez el sueño mío

miércoles, 24 de octubre de 2007

OTRO PRESENTE

El oscuro misterio que perece
cuando la bruma muere y se evapora
es el mismo misterio donde mora
el alma en que otra bruma prevalece.

Así la realidad de la existencia,
perdida en una imagen aparente,
habita la materia de la fuente
mas no la superficie y la apariencia.

Dentro del hoy virtual, otro presente,
así como en la bruma y en la fuente,
crece y espera y muere, se evapora.

Y lo triste es saber que se deshace
y que se pierde casi como nace,
en este mismo instante, aquí, ahora.

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miércoles, 17 de octubre de 2007

PÁJARO PARDO

Yo voy de blog en blog buscando un ave
y esto es tan literal como parece:
busco un pájaro pardo. Sé que crece
adentro de los blogs y eso es lo grave.

Sobre el pájaro pardo: sé que sabe
con el pico tocar lo que estremece:
se devora la tarde, hace que empiece
a volar mi canción, como una nave.

Es por eso que a veces, cuando alguno
ve que sigo sentado y me retardo
mirando la pantalla sin hablar

y me interroga, no es muy oportuno
confesarle que hay un pájaro pardo
que busco en cada blog para cantar.

lunes, 15 de octubre de 2007

EL QUIETO ACONTECER

He de buscar (si busco) en la mañana
el quieto acontecer, el detenido
fragmento de lugar que me ha ofrecido
la suerte por la cual me quedo en cama.

Pero si no lo busco sin embargo,
el quieto acontecer, ese momento
de oscura ensoñación y tiempo lento
existirá y será igualmente largo.

He por lo tanto de vivir el sueño
(lo quiera o no) de una mañana oscura
a causa de encontrarme tan enfermo

que de mis ilusiones no soy dueño
ni del anciano tiempo que madura
dentro de este soneto en el que duermo.

sábado, 13 de octubre de 2007

HOY

No es un lírico son, no es una esquiva
cadencia de la tarde, no es el mismo
paso que me conduce hacia el abismo
de la idílica muerte decisiva.

Es (danza en una danza) un laberinto
en el que se diluye lo que pasa
(dentro de cada ambiente de la casa
palpita el pensamiento del instinto

del ser que pude ser). Hoy la poesía
no ha de acabar sin duda con el día
porque siento que es lábil, se dilata

hacia quién sabe qué confín oscuro
que no tiene figura ni futuro
pero que mansamente me rescata.

miércoles, 10 de octubre de 2007

LA SIESTA

V


Entonces explorar, andar la casa,
ir sigiloso por entre el arcano
de la invención, por todo lo que pasa
en la imaginación del ser humano

era mi salvación y era mi suerte,
mi destino en la siesta, mi primera
confrontación hermosa con la muerte
y con mi circunstancia verdadera,

como diría Ortega. Yo habitaba
ese mundo de sombras procelosas
y sin embargo en la invención estaba

habitando otro mundo, era un artista:
todas las cosas eran misteriosas
y todo era verdad ante mi vista.

martes, 9 de octubre de 2007

LA SIESTA

IV


Con la menguada luz del sol, leía,
en una habitación que olía a jazmines
en descomposición, una poesía
que hablaba de palacios y jardines.

Ruben Darío era un destino y era,
en esa soledad deshabitada,
una fuente de dicha pasajera
mas, como los jazmines, agostada.

Y sin embargo yo leía, leía
buscando en ese arcano modernista
el hallazgo de un alma manifiesta

y de pronto un temblor se producía
dentro de mí: sintiéndome un artista
no me afectaba el miedo de la siesta.

lunes, 8 de octubre de 2007

LA SIESTA

III


La siesta! La ciudad, allá, a lo lejos,
fuera de mi temor y mi mirada,
era una soledad deshabitada
despojada de luces, de reflejos

y aquí en mi corazón, también la tarde
tranquilamente ardía, transcurría,
como arde el corazón y el amor arde,
presa de su infinita fantasía.

La siesta era esperar, era estar solo,
tan hermoso y altivo como Apolo
pero en un mundo vanamente muerto.

Era no comprender, no saber nada
acerca de esa inhóspita morada
(el mundo) y era el miedo descubierto.

domingo, 7 de octubre de 2007

LA SIESTA

II


La imagen de la siesta es recurrente:
la habitación en sombras, la ventana
desanimando el patio balbuciente
y la canción de alguna voz lejana

perdiéndose en la nada... Mi perplejo
rostro pueril cómicamente serio
que en la planicie inmóvil del espejo
se aproximaba al filo del misterio

de esa hora silenciosa, de la vida
arrinconadamente detenida
en una suspensión del universo

que sin dejar de ser apabullante
era a la vez hermosa, vacilante
y tan provisional como este verso.

jueves, 4 de octubre de 2007

PERDIDO ENTRE CUADERNOS - LA SIESTA

I


Cuando nada me queda, me deslizo
dentro de las palabras del soneto
y así voy despertando quieto, quieto
y vivo en cada imagen que realizo.

Cuando nada es en mí, desde la duda
toda vida es dolor, toda locura
mediante las imágenes se cura
y paulatinamente me desnuda.

Detrás de esas imágenes, qué existe?
Detrás de las palabras, qué prodigio
prospera lentamente? En qué consiste

esta vacilación y este vestigio
de pálpito infantil, de tarde muerta,
de olor a siesta y sustos tras la puerta?

martes, 2 de octubre de 2007

PERDIDO ENTRE CUADERNOS

Silente soledad, presidio puro,
tu perturbada sombra me acapara
y ensombrecidamente con mi cara
fija una imagen en tu espejo oscuro.

Si fue mi corazón el inmaduro
e ineficaz la vida que librara,
yo ya no soy, ya no, lo que lo ampara
porque por fin lo he muerto, lo conjuro.

Si ahora de mí se forma, se sostiene,
tan solamente el alma lo detiene
y aunque fuerza su son, se desvanece.

Silente soledad, si lo he perdido,
si ha de volver al lado de tu nido
tratalo con cuidado, si aparece.