martes, 15 de abril de 2008

A REYNA*

A veces en la noche de mi sueño
la savia del pasado se desvela
y el vilo de la vida de mi abuela
despierta y me acompaña, y soy pequeño.

Soy pequeño, tal vez tengo diez, once
años, el pelo lacio, la mirada
en esa vieja imagen congelada,
mi abuela de aire y sal, mi abuela en bronce,

mi abuela caminando por la incierta
materia desgastada de los días
creyendo al caminar que no está muerta

sino que habita el páramo hogareño
que empieza en las primeras alegrías
y avanza hacia la noche de mi sueño.






*A mi abuela siempre le dijimos Reyna porque había nacido un 6 de enero.

jueves, 10 de abril de 2008

EL CREPÚSCULO EN ZÁRATE

En la ciudad de Zárate, al ocaso,
cuando empieza el crepúsculo del día,
una especie de lánguida alegría
toca cada lugar por el que paso.

Muchachas y muchachos, en gregaria
comunión, hacen uso de la risa
y el ruido de esa risa se desliza
sobre mi fina estampa solitaria

y es un peligro andar en este estado,
melancólico, inútil, alelado,
padeciendo traspiés, entre la gente,

porque puedo morir en una esquina
si acarician mi cara repentina
los ojos de una chica adolescente.