martes, 28 de agosto de 2007

KUY ME HARTA

Confieso que este Kuy ya me está hartando
con su maldita rima consonante
(él cree que es un poeta, un nigromante
pero poquito a poco está saltando

la ficha: es un alcohólico, un drogado,
un Rufián Melancólico, un iluso,
un estúpido siempre enamorado
de la mujer equívoca, un obtuso,

un hombre que una vez -esto es privado-
coqueteó con el sueño del suicidio
y estuvo demasiado tiempo quieto...

Ahora que su furor está aplacado,
realiza este insensible parricidio
con el arma silente del soneto).

domingo, 26 de agosto de 2007

KUY ME ABANDONA

Tener un blog es raro y es un vicio
porque ahora, de manera permanente,
en lugar de pensar en el oficio
sutil de la palabra que presiente

la posibilidad de nuevos mundos
y mi razón de ser como persona,
recaigo en este blog y en los inmundos
recodos de la web, Kuy me abandona.

Y le pregunto: Kuy, adónde estás?
Qué es lo que se desprende de tu huida
entre tantos silencios y secretos?

"Vos querés saber eso, nada más?
-responde Kuy, atento- Así es mi vida:
sólo puedo decírtela en sonetos."

PRECISAMENTE

Las amargas imágenes suicidas
en que salta mi mente, lentamente
me acercan al crepúsculo doliente
del espacio habitado de mi vida.

Me deshabito, soy, voy al encuentro
de lo que solamente no contengo,
mas al partir no sé si voy o vengo
porque no sé por fin qué llevo dentro.

Sí sé que hay un espacio, que aparece
de pronto en mi interior un cuarto ausente
en el que habita un hombre que adolece

y poco a poco entiendo, lentamente,
que ese hombre, sin ser yo, se me parece
y es ese mi temor, precisamente.

viernes, 24 de agosto de 2007

ALBA

No reniego del cielo que ha zanjado
la ilusoria distancia de mis ojos,
no reniego del ansia, los despojos
que mis ojos dejaran a un costado;

reniego de la noche desvaída,
de la nunca deshecha llamarada
del sol que me ilumina la mirada,
la mirada que muere, consumida.

Haz de la leve luz, filo del alba,
presagio sin igual de aquel motivo
que dibuja mi faz en el reflejo.

Ya esta ciega ventana no me salva;
he de morir mirando cómo vivo,
cómo yacen los ojos, el espejo.

lunes, 20 de agosto de 2007

CUANDO NOS CONOCIMOS

Recuerdo: yo era hornero y vos estabas*
detrás del mostrador entretejiendo
el aire con millares de miradas.
Y ya te estaba, corazón, queriendo.

Así, yo con mis manos destrozadas
(quemadas en el horno) y vos, sabiendo
entre pizzas, bandejas y empanadas,
que algo en ese lugar iba naciendo,

empezamos a ver, a abrir la grieta
del muro de dolor de nuestros días
y un hálito estival vino a nosotros,

un son en la ciudad, la luz secreta,
la dadora de extrañas alegrías
y fuimos uno, amor, ante los otros.


*Cuando nos conocimos, laburábamos ambos en una casa de empanadas. Yo era hornero, pizzero: cocinero. Ella, telefonista.

sábado, 18 de agosto de 2007

EN LA CÁRCEL

En la cárcel preciosa de lo oscuro,
donde la oscuridad es mi elemento,
tengo el tiempo total, el tiempo lento
que recupera el alma que procuro,

no hay un palmo de luz, no hay un seguro
amor, un impecable pensamiento,
pero en la cárcel hay padecimiento
y padeciendo quiebro cada muro.

Quiebro los muros de la cárcel mía
buscando el exterior, la fuga incierta
en la que cada pálpito despierta

(cada pálpito es luz, una luz muerta).
Mi fuga sensorial, la melodía
deshace los espacios y las puertas.

lunes, 13 de agosto de 2007

PRECARIO CORAZÓN DE LA PALABRA

Mi corazón, marchito por la prosa,
envejeciendo está y envejeciendo
a su vez la palabra que se posa
en la página blanca va muriendo.

Y muerta al fin esa palabra mía,
¿qué voy a hacer? ¿Qué puedo, abandonado,
hacer si ya no tengo la poesía
y siento el viejo corazón cansado?

Dame, te lo suplico, fuente antigua,
precario corazón de la palabra,
siquiera unas sutiles resonancias

que acerquen a mi voz la voz exigua
que quiebre y ame, turbe, tiemble y abra
la sombra residual de tus distancias.